La concentración
La concentración natural se
refiere a aquel proceso mediante el cual la voluntad inhibe o regulas las
funciones anímicas internas de pensamientos; es decir tener la voluntad de
centrar nuestra atención sobre el objeto que se desee. La concentración también
es una facultad que se desarrolla mediante entrenamiento.
En esta sección vamos a realizar 2
ejercicios para desarrollar esta facultad y ponerla bajo el control de nuestra
voluntad. (consulta las actividades).
La percepción visual
Para percibir hay que observar no
solo mirar. En general las personas recuerdan 10% de los estímulos presentados.
Además, lo que se recuerda no es exacto, sino que se transforma al modo
personal de interpretar lo que se ve.
Hay tres factores básicos que
determinan la eficacia de la percepción:
- El interés: Es una de los mecanismos responsables de activar los procesos de atención. La atención actúa como un mecanismo de selección. Hace que una parte de toda la información que llega en un momento determinado a nosotros sea relevante y se procese con cierta profundidad.
- La interpretación: La interpretación que la mente hace de lo que percibe el ojo es otro factor que determina el registro mental y el posterior recuerdo. Esto es debido a la capacidad diferencial de observación que viene determinada por las características personales y el aprendizaje recibido por cada uno.
- La claridad: La capacidad de ver con claridad una imagen es el factor que quizá marca más la diferencia entre los que miran y los que ven. Esta facultad está basada en el desarrollo de la habilidad para observar. Cuantos más detalles sean registrados por nuestra mente, mayor será la percepción y mayor la capacidad de recuerdo.
Haremos énfasis en dos clases de
percepción.
· Pasiva: la elaboración que hace la mente de la
información que percibe es muy superficial.
· Activa: el receptor aplica sus facultades
mentales sobre la información, para registrarla de forma consciente,
estableciendo relaciones dentro del contexto y entre los diferentes elementos.
La percepción auditiva
Se puede diferenciar entre oír y
escuchar. Oír puede ser una actividad pasiva, mientras que el concepto de
escuchar manifiesta un estado activo donde se aplica la atención a lo que se
oye.
Los mismos factores que se
consideran en la percepción visual están presentes aquí: el interés que nos
crea lo que estamos escuchando, la interpretación que realizamos de lo que
percibimos y la capacidad de registrar con claridad los sonidos que detecta
nuestro tímpano.
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